Ahora que ya conoces las diferencias entre arcilla, barro y cerámica, ¿Sabías que la temperatura a la que se cuece una pieza puede influir significativamente en su apariencia, resistencia y funcionalidad? En este artículo, exploraremos las diferencias entre la cerámica de alta y baja temperatura y cómo cada una afecta el resultado final de tus obras.
Cerámica de Baja Temperatura
La cerámica de baja temperatura se cuece a temperaturas que generalmente oscilan entre 800°C y 1100°C. Este rango es ideal para técnicas como la terracota y la loza. Las piezas cocidas a baja temperatura tienden a ser más porosas y menos resistentes que las de alta temperatura, pero ofrecen una serie de ventajas únicas:
Cerámica de Alta Temperatura
Por otro lado, la cerámica de alta temperatura se cuece a temperaturas que van desde 1200°C hasta 1400°C. Este tipo de cerámica incluye materiales como la porcelana y el gres de alta temperatura. La cocción a altas temperaturas ofrece una serie de beneficios distintivos:
¿Cuál Elegir?
La elección entre alta y baja temperatura depende de tus objetivos y del tipo de pieza que deseas crear. Si buscas colores vibrantes y técnicas decorativas, la cerámica de baja temperatura podría ser tu mejor opción. Por otro lado, si prefieres piezas duraderas y resistentes o si vas a realizar piezas de vajilla y menaje, la cerámica de alta temperatura es el camino a seguir.
Ambos tipos de cerámica tienen su propio encanto y utilidad, y explorar ambos te permitirá descubrir nuevas posibilidades y técnicas en tu práctica cerámica. Así que, ¡anímate a experimentar y a encontrar el estilo que mejor se adapte a tu visión artística!
Espero que esta entrada te sea útil y te inspire a profundizar en el fascinante mundo de la cerámica. ¡Feliz creación!
Bárbara Crespo
Fundadora de Pizco, cerámica artesanal.
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