Si has adquirido un botijo, primero de todo, ¡enhorabuena!. Este recipiente de barro no solo es un objeto tradicional y decorativo, sino que es una manera natural y ecológica de mantener el agua fresca en los días calurosos. Sin embargo, antes de usarlo por primera vez, es necesario «curarlo» para que funcione correctamente y evitar sabores indeseados.
A continuación, te explicamos cómo hacerlo paso a paso.
¿Por qué es necesario curar un botijo?
El botijo está hecho de arcilla porosa sin esmaltar, lo que permite que el agua transpire y se enfríe por evaporación. Durante su fabricación y almacenamiento, la arcilla puede contener residuos o impurezas que pueden alterar el sabor del agua. Al curarlo, eliminamos esos restos y sellamos los poros adecuadamente
Pasos para curar tu botijo
1. Lavado inicial
Lava el botijo con agua corriente y un cepillo suave para eliminar cualquier resto de polvo o arcilla suelta. No uses jabón ni detergentes, ya que la arcilla podría absorberlos y alterar el sabor del agua.
2.1 Opción 1: Curado con agua y vinagre
Llena el botijo con agua limpia y agrégale un chorro de vinagre blanco o una cucharada de bicarbonato de sodio. Deja reposar esta mezcla durante al menos 24 horas. Esto ayudará a eliminar posibles impurezas y neutralizar sabores extraños.
2.2. Opción 2: Curado con agua y anís
En algunas regiones, se utiliza una mezcla de agua y unas gotas de anís para curar el botijo. Se llena con esta mezcla y se deja reposar por 24 horas antes de enjuagarlo bien con agua limpia.
3. Enjuague y llenado con agua limpia
Vacía el botijo y enjuágalo bien con agua limpia varias veces. Luego, vuelve a llenarlo con agua fresca y déjalo reposar durante otras 24 horas.
4. Prueba final
Tras este proceso, vacía el botijo y vuelve a llenarlo con agua potable. Espera unas horas y prueba el agua. Si tiene un sabor neutro y fresco, el botijo ya está listo para su uso. Si notas algún sabor a barro, repite el proceso de curado una vez más.
Consejos adicionales
-Cambia el agua del botijo diariamente para evitar acumulación de impurezas.
-No uses jabón para limpiarlo; basta con enjuagarlo con agua limpia.
-Si no vas a usar el botijo por un tiempo, vacíalo y déjalo secar completamente boca abajo para evitar la formación de moho.
Con estos sencillos pasos, tu botijo estará listo para mantener el agua fresca y deliciosa.
¡Disfrútalo y aprovecha sus beneficios!
Bárbara Crespo
Fundadora de Pizco, cerámica artesanal.
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